Sobre la tolerancia



       

A modo de introducción decir que podemos considerar la tolerancia como una virtud puesto que a lo largo de la historia ha formado parte del desarrollo gradual del principio  de la libertad humana. Un desarrollo cíclico, puesto que dependiendo de la política, de la cultura, en concreto del lugar en que nos encontremos se va a tolerar unas cosas u otras, por ello no podemos hablar de evolución progresiva.  Un ejemplo es el de la inestabilidad política y religiosa de algunos países de Asia, también la desigualdad y degradación que podemos observar en los países de religión musulmana. A pesar de esto, si que podemos hablar de una cierta continuidad, de un cierto progreso dentro de lo que es el concepto de tolerancia:

Ya en la época griega apareció el problema de la tolerancia, por ejemplo en el libro de Platón titulado La apología de Sócrates es una gran critica  de aquello que se toleraba en Grecia y que no debía ser tolerable según Sócrates, Platón... Frente a una ciudad donde reinaba la doxa, es decir opiniones populares y no justificadas, se encontraban los filósofos atenienses que sometían a critica dichas opiniones y las reemplazaban por la episteme, conjunto de conocimientos verdaderos y justificados que constituían el auténtico saber. Por ejemplo Sócrates  en sus charlas con sus discípulos alentaba la búsqueda de la esencia, de la verdad, a través de un proceso de inducción y utilizando el método de la ironia, para llegar finalmente a la definición universal, válida para todos. Pues bien por hacer esto en una sociedad cuya política estaba guiada por la doxa, fue condenado a muerte, fue inculpado por un político, un poeta y un artesano  en los siguientes términos:

      “Sócrates viola la ley, corrompe a los jóvenes y no cree en aquellos dioses en los que cree la ciudad, sino en divinidades nuevas y diferentes”

En definitiva, corrupción y “novedades” religiosas: para un régimen que pretendía una restauración, la educación y la tradición ético-religiosas constituían dos pilares muy importantes, y un pensador favorable a un dialogo libre y autocrítico no podía encajar en este proceso.

El libro La República de Platón, también es un ejemplo de tolerancia, puesto que en él defiende que solo podían llegar a ser gobernantes los sabios, puesto que solo ellos dominan la episteme. Es como si nos viniera a decir que es intolerable que gobiernen políticos que no saben nada y que creen saberlo todo, políticos que nada mas miran por su beneficio y no por el bien común, cosa que nada más sabe hacer el filosofo.  

Según Salvador Giner, la muerte de Sócrates no fue tan cruel. Para mi si que fue un acto intolerable, por supuesto, no se puede condenar a muerte a un hombre cuyo objetivo es la búsqueda de la verdad, no es un motivo para ello, sea en la época que sea, si realmente somos personas razonables no podemos culpar a alguien por decir la verdad, una cosa es que no nos interese saberla e incluso prefiramos ignorarla porque afecta a nuestra sensibilidad o creencias, pero de ahí matar a alguien, me parece un acto intolerable.

A pesar de que la época griega nos lleva a plantearnos serios problemas respecto a la tolerancia. Podemos decir que donde realmente hubo tolerancia fue en la época moderna,  tuvo lugar en el Renacimiento, con pensadores como Erasmo, Tomás Moro, Vitoria, Hobbes…  el periodo que se inició con la Reforma y que llegó hasta finales del siglo XVII, donde surgieron manifestaciones a favor de la tolerancia en un nuevo marco de divisiones religiosas que amenazaba con desestabilizar Europa, pero esto no se llevó a la práctica y por ello no se hizo efectiva la tolerancia hasta el s. XVIII, que es cuando se empieza a concebir la tolerancia como libertad de conciencia.


El concepto moderno de tolerancia: Locke, Hume, Rousseau:

  • Locke: Propone la tolerancia religiosa como la única forma de contribuir al desarrollo pacífico de la sociedad. Separa la religión con el estado, diciendo que este se debe abstener en las creencias religiosas. Considera intolerables a los católicos, puesto que estaban sometidos al Vaticano y a los ateos, ya que según Locke sus comportamientos son incompatibles con la vida civil. Pero esta idea de considerar intolerables a los ateos no solo se encontraba en Locke sino en toda la sociedad, nadie consideraba a los ateos tolerables. Personalmente, no estoy de acuerdo con Locke puesto que no hace falta estar sometido a una religión para ser tolerable, perfectamente se puede ser ateo y tolerable a la vez, se puede tener unas creencias verdaderas y justas (episteme) sin la necesidad de pertenecer a ninguna religión e incluso  perteneciendo a una religión se puede tener creencias falsas (doxa) que toleran lo intolerable. En conclusión, la religión no tiene porqué ser el único camino hacia lo tolerable.

  • Hume: En el siglo XVIII, las cosas cambian, ahora no es la religión la que reina sino la razón. Ahora la razón es la que nos va a enseñar a convivir pacíficamente. Aquí se encuentra Hume con la labor de construir una religión “natural”  que no sobrepase a la razón. Ya es hora de acabar con las falsas creencias que procedían de las religiones populares, y crear una religión natural que estuviera guiada por la razón, en definitiva, acabar con la doxa a través de la episteme. Hume creía en un dios personal y providente, creador y conservador del mundo, era por lo tanto teísta. Era un teísta empírico, funda su teísmo en la naturaleza del ser humano. La religión natural por lo tanto debía descubrir ese autor inteligente de la naturaleza. Un descubrimiento que debe seguir un método epistemológico y racional centrándose en los hechos del mundo y en la cantidad. Por lo tanto esta religión natural nos llevaría a un conocimiento científico y racional. El motivo de que se oponga a las religiones naturales, es porque la religión natural es pura ciencia.

  • Rousseau: esta religión racional la convierte en religión civil del estado. Según este autor hay dos tipos de religiones: una interior, que todo el mundo es libre de seguir y sobre la que el soberano no tiene ningún derecho, y otra exterior, que ha de fomentar la confianza de los ciudadanos del deber. En caso es que cada ciudadano puede tener las creencias que quiera en lo relativo a su vida, esto no es asunto del soberano, con tal que sea un buen ciudadano. La segunda religión es la civil cuyos preceptos son marcados por el soberano. Estos preceptos tiene el objetivo de asegurar una convivencia pacifica y el buen funcionamiento de la sociedad. Rousseau habla de dos tipos de dogmas: el dogma positivo, que son generales y dogma negativo que es la prohibición de la intolerancia. Según Rousseau no se debe tolerar a los intolerantes, como la religión católica y la protestante, que son religiones que son intolerantes con los que no siguen sus creencias.

En conclusión, decir que con la postura que estoy mas de acuerdo es con la de Rousseau, puesto que apoyo la idea de respetar las creencias internas, siempre y cuando el ciudadano respete a los demás. También apoyo la postura de que debe ser el estado o el soberano el que debe fijar unos preceptos que todo el mundo debe respetar, puesto que estos tiene el objetivo de asegurar una convivencia pacifica y el buen funcionamiento de la sociedad. Sin embargo no estoy tan de acuerdo con la idea de  que “no se debe tolerar lo intolerante”, creo que la tolerancia no la marcan las religiones ni las creencias sino mas bien se trata de respetar a los demás, siempre y cuando afectemos y perjudiquemos al otro, ese acto será intolerante y mucho más si no hay motivos. ¿Tú que piensas? ¿Qué postura te parece la más correcta? A filosofar se ha dicho… 

Pasad una feliz semana. Muchas gracias, un abrazo, Leticia.

Comentarios

  1. Perdonad que se corten las palabras al final de cada frase, es un problema de blogspot, espero que lo resuelvan pronto. Un saludo.

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