La globalización y algunas de sus consecuencias
La
globalización desde el punto de vista social y económico es una oportunidad,
sobre todo para los países menos avanzados, ya que la descentralización de la
producción permite que esos países crezcan y se desarrollen económicamente. La delincuencia organizada es la
patología de la globalización, ya que la delincuencia organizada transnacional,
regulada en Naciones Unidas es la delincuencia que atraviesa las fronteras
quebrantando los Derechos Humanos, con el fin de aprovecharse de algo. Estamos
ante un fenómeno importante y patológico, ya que existe la globalización (que
es algo positivo) pero como consecuencia de ello existe la delincuencia
organizada (como algo negativo).
¿Cómo se regula ese problema? Hay dos
instrumentos jurídicos internacionales, por un lado el ámbito
de Naciones Unidas, y por otro lado Convención de la Delincuencia. Comisión
Marco de la Unión Europea. Ambos
nos ofrecen dos factores, por un lado el factor corporativo que nos permite
saber cuáles son los requisitos que han de tener dichas organizaciones para que
sea calificada como delincuencia organizada. Y por otro lado, otro factor que
nos permite saber cuáles son los delitos a los que está asociado dicha
delincuencia organizada, como por ejemplo, trafico de drogas, de personas, de
armas, de inmigrantes, corrupción, etc., en definitiva, trafico de cualquier
cosa que esté prohibida por las leyes.
Cuando comparamos datos económicos del año 80 (principio de la globalización) con datos del año 2005, el incremento de renta per cápita de las personas ricas ha crecido mucho, pero sin embargo, el de los países menos avanzados ha crecido muy poco. Por tanto, cada vez hay más distancia económica entre los países desarrollados y los subdesarrollados. Cada vez hay más desregulación entre ambos.
A principios del 2000, se hablaba del “fin del
mundo”. Lo cierto es que no se acabó el mundo, pero si tuvo lugar un movimiento importante que fue la “rebaja del tipo de interés estadounidense”, eso inició
la búsqueda de capitales, generando dinero a través de las propiedades urbanas,
el objetivo social era que todo el mundo fuera propietario de alguna propiedad,
por ello se ofrecieron hipotecas, donde los bancos ganaban si o si, es decir
ganaban si los clientes pagaban la hipoteca los intereses que ésta daba, y si
no la pagaban, ganaban embargando aquellas propiedades por las que se había hipotecado. En definitiva, la hipoteca se convirtió en un valor que empezó a venderse
e intercambiarse por todos los países del mundo bajo esa globalización. En
definitiva “la basura llamada hipoteca” se extiende, pero nadie es capaz de
preguntarse qué es lo que hay detrás de todo ello, de manera, que muchos bancos
lo compran y a la vez lo venden a los ciudadanos, sin que nadie se llegue a
preguntar qué hay debajo de todo eso.
Hay un factor esencial detrás de todo eso,
son las llamadas Agencias de Calificación, que fueron las culpables de dar calidad a dicho intercambio cuando realmente era lo peor que podía hacer una
persona. Como consecuencia de todo esto, se produce un colapso de crédito, este
crédito explota y se provoca la famosa “burbuja inmobiliaria” donde esas
hipotecas que se creían que valían mucho dejaron de tener un valor.
Produciéndose así en todos los países una serie de problemas: el primero es el intercambio de valores:
confusión entre bono real y bono basura. El segundo, es que detrás de todo esto hay un
delito de estafa, donde muchas personas se han fiado del banco comprando el
valor del crédito.
Pues
bien, el problema es que este delito de estafa no se ha perseguido en ningún
lugar del mundo, excepto en un país que ha sido Islandia, pero no a la entidad
financiera sino al poder político, enjuiciando al Primer Ministro por
negligencia.
En
Europa, si evaluáramos todo lo que han hecho los ministros, probablemente todos
serian juzgados. Pero lo paradójico es que los autores fundamentales de dichos
delitos son imposibles de perseguir como consecuencia de la globalización que
lleva a la desregulación, donde da lugar a que nadie es responsable de nada.
Esta el hecho delictivo, pero no el autor, es difícil e imposible de encontrar
a los sujetos pasivos en esta clase de delitos. El gran problema de la globalización, no es la delincuencia organizada
sino la desregulación de los mecanismos organizativos.
Muchas gracias por vuestra visita.
Un abrazo, Leticia.
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