J. Habermas





“El estado nacional, como marco para la aplicación de los derechos humanos y la democracia, ha hecho posible una nueva forma –más abstracta– de integración social que va más allá de las fronteras de linajes y dialectos”.

- J. Habermas - 


¡Hola queridos lectores! Espero que hayáis tenido muy buen inicio de año y que el 2025 sea un año de muchos propósitos conseguidos, estoy convencida que así será. La primera entrada del 2025 me gustaría dedicársela a un filósofo y sociólogo alemán del siglo XXI que me fascina: Jürgen Habermas (1929) 

Habermas trabajó, inicialmente, en el campo de la filosofía práctica y, por ello, no es de extrañar que su Teoría de la acción tenga implicaciones sociales, políticas y morales. Para Habermas, la democracia se relaciona con la igualdad de oportunidades, es decir, con principios de justicia social. La complejidad de la relación de los niveles social, político y económico se empieza a ver en los años 50 y 60. Esto obliga a reforzar los tipos de las teorías sociales. Así, hay una tipología de enfoques sobre la sociedad avanzada. Hay dos enfoques: por un lado, la teoría crítica, que valora los aspectos negativos y los aspectos normativos y, por otro lado, la teoría analítica, que se dedica a describir.

Esta tipología repite el origen de las teorías de la sociedad (crítica y analítica). En ambos casos, el objetivo es una etapa nueva de la sociedad moderna: 

Por un lado, la sociedad moderna avanzada, el capitalismo tardío, el postcapitalismo. Así, se indica que hay que utilizar criterios normativos, pero hay que dar un paso más indicado, esto es, no hay que aceptar un análisis que gravite sobre un nivel. Las teorías abordan distintas variables de los problemas. Se entiende que los cambios en la sociedad son pluricausales. Esta mayor complejidad supone una mayor racionalidad. Se busca una mayor eficacia y permite señalar fenómenos de desajustes. 

Por otro lado, también es importante la dimensión práctico–ideológica (hacer diseños de futuro y pronósticos). Esto afecta a la idea de modernidad, que tiene que ver con la producción cultural (y no sólo la variable política o económica). El concepto de modernidad sería paradójico - avanza pero con patologías - hace falta ver cuáles son las vías a través de las cuales se integran los individuos. Uno de los modelos sería el funcionalismo, es una teoría con un soporte empírico y que mantiene una teoría general de la acción. Se presta una mayor atención a las cuestiones del método y las relaciones sociales en el ámbito industrial, sería el enlace entre las tradiciones europeas y el análisis americano.

A partir de los años 70 emerge una nueva teoría, la Teoría de la acción social de Habermas. Este autor parte de la Teoría de la acción de Weber (y de sus tipologías) y añade una tipología más: la acción comunicativa. Sus referentes serían la Teoría Critica de la sociedad (Adorno, Horkheimer) y la filosofía alemana en su conjunto. Añade otro tipo de estudios, como es el funcionalismo, centrándose en una propuesta de alternativas. Se va a concentrar en los problemas de la sociedad capitalista y marca las distancias entre su propia versión y la versión crítica de Adorno y Horkheimer. En concreto, Habermas busca  la salida a esas visiones distorsionadas que ofrece el capitalismo tardío. Por tanto, el foco del pensador alemán estaría en los elementos normativos, tiene especial importancia el averiguar los elementos para conseguir entrar en los problemas de la sociedad avanzada desde la perspectiva de los elementos normativos. Se va a centrar en la acción racional medios– fines, ahora ya no se puede resolver con la acción racional, sino que se ha de resolver con la acción comunicativa.

La acción racional producía mayor eficiencia y elementos patológicos que no dejaban hacer la integración de los individuos. Sin embargo, la acción comunicativa sería un tipo de acción racional, porque estamos hablando de la sociedad avanzada y uno de los elementos normativos que se mantienen tendría que ser o es el criterio o la pretensión de verdad. También tendríamos un elemento intersubjetivo que no puede faltar en toda relación social. Asimismo, tendríamos la pretensión de validez - buscamos que acepten nuestra propuesta de actuación - y esto sería otro núcleo normativo. De igual modo, según el planteamiento de Habermas buscamos también que el sujeto sea veraz. Aún así, lo importante es que se mantengan los elementos normativos. Dentro de cada acción social, hay al menos tres núcleos normativos. 

La teoría de Habermas tiene un carácter contrafáctico, es una tipología que enfatiza los elementos normativos. El medio a través del cual hacemos llegar las pretensiones de verdad, validez y veracidad sería el lenguaje, aquí la teoría de Habermas se cruza con la filosofía del lenguaje, cruzándose los actos de habla con los actos sociales. Pero, el objetivo de este tipo de acción sería el entendimiento y la cooperación entre los agentes. A Habermas sólo le interesa la acción social que se destina al entendimiento y a la cooperación: la acción comunicativa. La forma de desarrollar la teoría de Habermas es muy técnica, aprovechando las concepciones anteriores para cambiar el modelo racional, según el cual debería llegarse a otras formas de relaciones sociales, en clave emancipatoria (y no en clave de control de los ciudadanos). El interés de la teoría de Habermas está en las bases para construir una sociedad capitalista tardía diferente, así trata de reemplazar el modelo de acción estratégica (relación medios–fines) por el modelo de la acción comunicativa, las consecuencias de este cambio conceptual son muy profundas.

Este nuevo tipo de acción social identificaría una tipología que propicia el entendimiento entre los agentes. De este modo muestra una que sirve para la cooperación y el entendimiento. Es clave identificar si hay elementos normativos suficientes para que los agentes lleven a cabo esa cooperación. Para ello, según Habermas, por un lado, hay que mantener la veracidad (tener la certeza de verdad) y, por otro lado, hay que mantener la validez (la relación mutua se establece bajo un criterio en el que se cumple lo pactado, lo prometido). Para esto, debemos propiciar la transmisión de estos mensajes con el lenguaje, que es el instrumento fundamental. Así, el lenguaje es un acto de habla, es un compromiso. 

Otro elemento que explica esta tipología es que las formas más estables de cooperación se dan en las sociedades democráticas. Así, en este tipo de instituciones que tienen la legitimidad democrática, se pretende fomentar ese intercambio estable y duradero como es la comunicación de los agentes. En este sentido, hay una correspondencia entre un tipo de acción social y un tipo de instituciones que valoramos como democráticas y participativas. El puente más claro entre un modelo normativo y la valoración favorable de las instituciones democráticas es que en ambas hay un contenido normativo idénticos: la justicia. Se entiende que las sociedades justas son las más estables.

Además, en el tipo de acción social destinado a la cooperación se dan intercambios en clave de igualdad y de justicia. Esto se recoge en la legislación básica de las sociedades modernas, esto es, en las Constituciones. Esta situación según afirma Habermas produce crisis porque se producen otros movimientos recíprocos al producirse en sistemas racionales sobre los que sólo se puede influir legítimamente. Así pues, cuando se rompe el equilibrio y ya no hay intercambios tan fáciles, se produce una crisis y son muy inestables, el equilibrio se recuperará cuando se recuperen los intercambios. 

Por ende, el capitalismo tardío tiene una forma de intervención para evitar una mayor desestabilización, esto es, se requiere que los ciudadanos deben educarse para movilizar sus críticas hacia el sistema administrativo–político porque de lo contrario, se generarían más crisis, estaríamos ante una exploración de una nueva forma de racionalidad. Por consiguiente, existen estructuras de acción que no sólo tienen que ver con la negociación de objetivos y negociación de preferencias, sino que se relacionan con la interacción en términos igualitarios, en términos de equilibrio entre los agentes, emergiéndose así el lenguaje para que se dé esa reciprocidad y como instrumento. Para Habermas, hablar es un acto de habla y, por lo tanto, se adquiere un compromiso al hablar. El modelo anterior de racionalidad ha creado muchas patologías que se concentran en que la integración de los agentes es más complicado para los individuos. El pensador, plantea una diferente visión cambiando el núcleo del compromiso social: la acción comunicativa encaminada a la cooperación y el acuerdo. En definitiva, se busca potenciar este tipo de acción y, para ello, toda forma de dominio y control y todos los agentes están en pie de igualdad. El término que implica esto es el “discurso”, que es la forma de argumentación que garantiza la igualdad y la ausencia de dominio sobre los agentes. Al final de este discurso, se produce el acuerdo y el entendimiento, el discurso no es espontáneo sino que es un proceso en construcción y la teoría ofrece un método que los agentes aceptarán o no. Con su modelo, Habermas propone una alternativa al modelo medios– fines, esto es, propone una diferencia entre el capitalismo y el capitalismo tardío y las crisis que se producen en ambos.

Por último, Habermas mantiene que algunas crisis se producen porque un mal ajuste de los ciudadanos en la sociedad. Los individuos tampoco se adaptan al capitalismo tardío, así se señala que existe una desajuste o desacoplamiento de dos esferas: la esfera social y la esfera de los intereses, las formas de transmitir la información entre los agentes, que sería el “mundo de la vida”. El pensador alemán se centra en ese punto. La acción comunicativa da pautas para la cooperación y para el entendimiento, se trata de llamar la atención sobre esos elementos normativos que hay en el “mundo de la vida”. Por tanto, señalar ese carácter universal que pueden tener permitirá la reconstrucción de la esfera sociocultural que ha sido dañada por el capitalismo tardío. En definitiva, este modelo es muy simple ya que se busca paliar este problema del desajuste con el “mundo de la vida”, recuperándose sus elementos internos que pueden ser aceptados de forma universal, que tienen un carácter normativo, volviendo a introducir esos elementos de carácter sociocultural, así, se le devuelve a los agentes el protagonismo que habían perdido. 

Os dejo enlace de Youtube que explica muy bien la Teoría de la acción comunicativa de Habermas:






Espero que os haya gustado la entrada de inicio de año. ¡Muchísimas gracias por las 350K visitas con las que cuenta el blog! 
¡Mil gracias queridos lectores!




 Con todo mi cariño y amor, Leticia. 

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