Tipos de saber
Pensador con la aguja (escultura original) de Kenjio |
Por fin ha llegado el último día del año, el día que todos esperamos
ansiosos con la esperanza del que el próximo sea mucho mejor. A modo de
clausura del que hasta todavía es el presente año, voy a tratar un tema
un tanto filósofico que nos hará pensar. ¿Os habéis preguntado alguna vez
cuántos tipos de saber existen? La Filosofía del Conocimiento contemporánea
distingue entre diferentes tipos de saber y conocimiento.
Una
antigua distinción la hace Platón entre saber y opinar. Para él, ambas cosas
son cosas diferentes. Son capacidades del ser humano distintas y son contenidos
distintos porque se refieren a objetos diferentes. Como bien sabéis, Platón distingue
los objetos sensibles - que pertenecen
al mundo sensible y que pueden desaparecer - , de los objetos inteligibles, que son inmutables y pertenecen al mundo de las ideas. Así, no hay episteme (conocimiento) de los objetos sensibles,
porque estos objetos están sujetos a cambios. Si recordáis, en el Libro V de la
República, Platón plantea esta distinción en un diálogo entre Sócrates y
Glaucon, donde el pensador considera que el saber es infalible y la opinión es
falible, es decir, que está sujeta a error. Saber, por tanto, es conocer la
realidad tal y como es. En la actualidad, se distingue entre saber y opinar
pero de otra forma, así, se puede tener una opinión sobre un objeto y, luego,
tener un conocimiento del objeto mismo, por ejemplo, podemos tener una opinión
sobre tabaco, y a la vez conocer acerca del mismo. Para Platón, no es posible tener opinión y saber,
porque son completamente diferentes, porque son capacidades diferentes y se
refieren a objetos diferentes, según el pensador griego, sobre el mismo objeto
no se puede pasar del opinar al saber. Por ello en la opinión (doxa) distingue
la conjetura y la creencia y, en la episteme, la dianoia y la noesis, pero
bueno eso lo dejaremos para otra entrada. En definitiva, para Platón, el saber
es infalible porque los objetos sobre el que versa no nos engañan, no cambian,
no se transforman,... lo que pertenece al mundo sensible son objetos mutables.
En
la actualidad, también se distingue entre conjeturas, opiniones y saberes, pero
no aplicando la categorización de Platón. En esta concepción, hay una
graduación en la que se puede ascender. Actualmente, hay un tipo especial de
conocimiento que es muy importante: se refiere a aquellos casos en los que el
saber se puede expresar en un enunciado, por ejemplo, “Sé que hoy es...”, se denomina “saber que p”, donde “p” es el
símbolo de un enunciado. Si lo analizamos, el símbolo “p” expresa algo que se
sabe pero no es lo que se sabe. La diferencia está en lo que sabemos se puede
expresar de diferentes maneras (por ejemplo, en diferentes idiomas). Así, “p”
es el objeto de una proposición (de un juicio, según Kant), pero no todo lo que
sabemos responde a este modelo. Para hacernos una idea, este tipo de saber
sería aquel que se puede encontrar en todos aquellos casos en que decimos lo
que sabemos con una oración declarativa. Pero no todo conocimiento que tenemos
consiste en este tipo de conocimiento. Esto es importante ya que, si se afirma
que todo el conocimiento se expresa como “saber que p”, se produce un
reduccionismo a las posibles variedades que tiene el conocimiento.
¿Qué
tipos de saberes no se ajustarían a este modelo de “saber que p” (en el que
saber implica tener la experiencia personal de algo)? Por ejemplo, conocer a
una persona no consiste solamente en saber una serie de datos proposicionales -
edad, tipo de trabajo, nombre del padre, color del pelo,etc. – sino que conocer
a una persona es otra cosa, es algo más que eso. Además de los saberes
proposicionales, es necesario un tipo de saber que implica la experiencia
personal de como es esa persona, que implica una dimensión subjetiva,... que es
diferente de la dimensión de los saberes proposicionales. Además del saber de
tipo proposicional, hay un tipo de saber de carácter experiencial que implica
la cualidad subjetiva de la experiencia humana. Esta cualidad subjetiva es
diferente y excede la dimensión de la proposición. El saber proposicional está ligado al conocimiento discursivo,
mientras que el saber experimental se distingue por su carácter subjetivo, algunos
filósofos han interpretado este tipo de saber con un saber intuitivo, por
ejemplo, Bergson.
En el S. XX, un filósofo que dio importancia al saber
científico y al saber experiencial fue B. Russell. Hay un conocimiento básico –
fundamental – que es lo que se denomina el conocimiento “por contacto directo”,
es el modelo de saber (por ello, es fundamental). Para Russell, todos los
diversos conocimientos que podemos tener se basan en este conocimiento, ya que
exige ese “contacto directo” con el objeto. Esto nos permite familiarizarnos
con el objeto de una manera que no sería posible con ningún otro tipo de conocimiento.
Russell indica que no hay saber proposicional de un objeto, si antes no se ha
tenido un contacto directo con el objeto. Por eso, indica que el científico,
para saber de que está hablando, para saber exactamente lo que conoce, tiene
que haber tenido ese contacto directo con el objeto estudiado. Esta tesis la
retomaron otros autores, aunque no tan radicalmente como lo hizo Russell, por
ejemplo, McDowell. La idea es que este tipo de saber es cualitativamente
diferente del saber proposicional.
Como podemos apreciar, En algunas lenguas modernas
(español, francés,...), distinguimos entre “saber” y “conocer”, hay una cierta
diferencia, ambos se refieren al conocimiento, pero con diferentes matices, no
siempre son intercambiables, puesto quea veces “saber como” es similar a
“conocer”.
En
definitiva, hay diferentes tipos de saber, que podríamos explicar de la
siguiente manera:
En
primer lugar, existe una distinción entre saber y opinar. Así, en Platón, la
separación es completa; mientras que, en la filosofía contemporánea y actual,
existe una gradación. Igualmente, podriamos afirmar que existen dos tipos de
saberes: el saber proposicional y el saber de la experiencia subjetiva. Existe
un saber proposicional y un saber intuitivo. Dado que el saber proposicional
implica conocimiento discursivo, nunca es intuitivo. La intuición tiene su
sentido en algo diferente.
Asimismo,
hemos de distinguir el saber por contacto directo de todo el restante
conocimiento (el conocimiento por descripción). Russell postula que el
conocimiento que no se obtiene por contacto directo es un conocimiento que se
obtiene por descripción (incluyendo en las descripciones también las
proposiciones).
Por
último, como he mencionado anteriormente, en varios idiomas, existe una
distinción entre “saber” y “conocer”, siendo términos distintos acerca del
conocimiento, aunque no completamente independientes. Para muchos tipos de
conocimientos, sea el conocimiento científico sea el conocimiento no–científico
(por ejemplo, el conocimiento práctico y teórico), tenemos un saber
proposicional. En muchos casos, el saber es proposicional, pero no siempre el
conocimiento humano se puede expresar mediante proposiciones (por ejemplo, en
el caso de las expresiones artísticas).
De igual modo, hemos de tener presente que la
intuición se opone al discurso, a la inferencia, donde la intuición es un tipo
de conocimiento de carácter directo; mientras que el discurso es un
conocimiento de carácter indirecto.
Os dejo un video - que a pesar de que se ve un poco mal y el sonido no es muy bueno - nos va a ayudar a entender muchas cosas acerca del saber:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy, me ha parecido interesante hablaros sobre los diferentes tipos de saber que existen y del planteamiento acerca de los mismos que han hecho algunos de los filósofos más relevantes. Sin más preámbulo, os deseo un feliz año nuevo, espero que el 2016 venga cargado de nuevos proyectos, éxito, ilusión, logros, salud, amor, y sobre todo, felicidad. Muchas gracias por estar a mi lado un año más, gracias por todo vuestro apoyo y fidelidad, un fuerte abrazo lectores,
Leticia.
"Podemos perdonar a un niño que teme a la oscuridad; pero la real tragedia de la vida es cuando los adultos le temen a la luz".
- Platón -
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