Cine, derecho y moral: Sámi Blood - Premio LUX 2017

The LUX Prize goes to Sámi Blood

     El cine es uno de los artes más relevantes de los siglos XX y XXI, donde a través de las películas se transmite no sólo emociones, sino también conocimientos, invitando al espectador a pensar y reflexionar sobre cuestiones filosóficas, éticas, sociales, ideológicas... que bien, forman parte de nuestra realidad o, en algunos casos, van más allá, con la ficción e imaginación. 

     Por ello, a fin de incentivar el séptimo arte en la Unión Europea, desde hace 10 años, el Parlamento Europeo concede cada año el Premio LUX a una película educativa y cultural que consiga acercar a la sociedad a importantes cuestiones sociales. En concreto, cada edición son elegidas como finalistas tres películas, siendo subtituladas cada una de ellas en 24 lenguas oficiales de la Unión Europea.

      Este año 2017 ha sido especial por ser el X aniversario del premio LUX. El pasado día 14 de noviembre, se celebró la entrega del premio, con tres películas finalistas: Beats Per Minute (BPM) dirigida por Robin Campillo, Western de Valeska Grisebach y Sámi Blood de Amanda Kernell, siendo ésta última la película galardonada. 

           La película premiada, Sámi Blood, nos invita a viajar a los años 30, narrando en  flashback la vida de una anciana de nombre Christina. Sin duda, una historia conmovedora donde a través de una niña de 14 años llamada Elle Maria, hace al espectador testigo de los problemas racistas que sufrían los samis, conocidos como lapones en la región del extremo norte de Suecia. Una niña con grandes dotes intelectuales, que lucha por salir de su entorno, para conseguir su sueño: convertirse en sueca y ser profesora, enfrentándose con valía y coraje a grandes dificultades y discriminaciones por parte de los suecos altos y rubios a la comunidad de los samis, una colonia formada por personas de estatura baja, de intenso ojos oscuros y cabello moreno,  discriminadas por los suecos, siendo considerarlas personas intelectualmente incapaces por tener un celebro más pequeño. 

         ¿Consigue finalmente la inteligente niña ser profesora y superar los obstáculos sociales y racistas propios de la sociedad? ¿Consigue romper con sus lazos familiares y su propia cultura para convertirse en otra persona? Para saberlo, tendremos que ver la película, sin duda, un plan ideal para estos días de frío.

            El film, además de tratar un tema social que continua existiendo en la actualidad como es el del racismo, aproximándonos a los conflictos sociales poco conocidos de la historia del colonialismo sueco, también, siguiendo su hilo conductor, me ha venido a la mente lo que ya defendía Platón en su obra La República, al considerar que es el propio intelecto y la capacidad cognitiva de cada ciudadano - indistintamente de su raza y estatus económico - lo que clasifica la sociedad, en su caso, en trabajadores, guerreros y filósofos. 

        El pensador griego, si recordamos, mantenía que en la polis hay orden y armonía cuando cada clase desempeña su papel en función de su propia naturaleza. Los trabajadores deben proveer las necesidades de las otras dos clases y reciben a cambio protección, educación y gobierno; la función de los guerreros es la defensa del Estado y del orden establecido contra enemigos internos y externos; y los filósofos se encargan de legislar y educar al resto de clases. En el Estado por tanto, la justicia residirá en que los individuos encargados del gobierno rijan con sabiduría, y que las otras dos clases se dejen conducir por ellos, desempeñando sus respectivos roles.

         Para Platón, la educación, resulta básica en la estructura social y la formación de las clases superiores. El proceso educativo es gradual y permite ir seleccionando a los individuos en función de sus capacidades y determinar a qué clase pertenecerán. En principio todos reciben una educación elemental; tras un proceso de selección, aquellos que muestren más aptitudes serán instruidos en música y gimnasia y se controlarán con celo sus lecturas y cantos ("hay que prohibir las fábulas que inspiran el temor a la muerte, aquellas que presentan el llanto del héroe o la risa inmoderada o la falta de dominio de los placeres"), lo que nos muestra a un Platón convertido en estricto censor. Los mejores en las disciplinas mencionadas estudiarán además matemáticas y astronomía, y algunos de ellos, tras una ulterior selección, serán preparados para gobernar e instruidos en el arte de la dialéctica. 

           Sin duda, Elle Marja es una mujer que refleja el claro ejemplo de superación, creyendo en sí misma y en sus capacidad intelectuales, demostrando al mundo su sabiduría, siendo una filósofa sueca que forma parte de una comunidad discriminada intelectualmente por sus rasgos físicos. Y es que, queridos lectores, el intelecto humano y la capacidad intelectual es algo que el dinero no puede comprar, a lo largo de la historia e incluso en nuestra vida misma, hemos podido experimentar cómo en algunos caos, han caído grandes edificios de lujosos barrios en las grandes ciudades e igualmente, cómo aquellos otros, donde en un principio eran pequeñas e insignificantes casas en barrios humildes, se han ido convirtiendo en rascacielos. 

Espero que os haya gustado la entrada de hoy, disculpad mi retraso en actualizar el blog, es algo que tenía en mente estas últimas semanas, por fin, esta mañana en compañía de una taza de café caliente he podido escribir para vosotros sobre lo que más me gusta y apasiona. 

Disfrutad del fin de semana, de la vida y de cada momento con tranquilidad, los problemas dependen de la importancia que les queramos dar, por eso tenemos que vivir tranquilos, adaptándonos al cambio con sabiduría y sin dejar de sonreír. Pensad, que todos los días no son iguales y, que siempre hay personas en nuestra vida que nos regalan momentos maravillosos. 

Un fuerte abrazo, con todo mi cariño, 

Leticia. 

"Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar".

- Federico García Lorca -