Justicia

 

Alegoría de la Justicia y la Paz, Guiaquinto (1753-1754)


"La justicia requiere poder, inteligencia y voluntad, y se asemeja al águila".

- Leonardo Da Vinci -


¡Hola mis queridos lectores! Perdonad la tardanza en escribir, estas últimas semanas han sido intensas y con muchos imprevistos personales, pero bueno, parece que ya está la cosa más estable, al menos tengo energía para escribir en mi rincón favorito, tenía muchas ganas, lo echaba de menos.

Cuando era estudiante de Filosofía había un concepto que me encantaba, sentía cierta atracción por él, de todos los conceptos filosóficos habidos y por haber (verdad, bien, moral, ser, dignidad...) siempre ha habido uno que me ha llamado la atención y, he de confesar que por ese concepto estudié después Derecho, sin saber que mi porvenir iba a ser ayudar a los órganos judiciales a ponerla en práctica o, al menos, intentar que así sea, ese concepto es el de JUSTICIA. Un concepto que a pesar de haberlo estudiado con profundidad tanto en la licenciatura en Filosofía como en la licenciatura en Derecho, sin embargo, no le he dado la importancia que tenía hasta que no he vivido mis propias vivencias y experiencias personales como profesionales. 

Durante mi época de estudiante muchos fueron los profesores que hablaron de este concepto, pero fue la opinión de un Juez la que me marcó un antes y un después: estaba en su despacho, él tenía un alto cargo y entre sentencias y expedientes me dijo que la verdadera justicia era la divina (universal) y que su labor era intentar hacer lo mejor posible la justicia en la tierra, pero que la última palabra era la voluntad de Dios. En ese momento le fuí sincera y le dije que me llamaba la atención su criterio, pues pensaba que un Juez debía ser lo más imparcial y objetivo posible y que para ello no debía tener ni pensamientos ni ideologías religiosas ni políticas. Él me confesó que así debía ser, pero que con sabiduría debía dictar sus sentencias, y que esa sabiduría emanaba de Dios, estaba seguro que era la única forma de que sus sentencias fueran lo más justas posibles y que si por cualquier causal no lo eran, Dios (fuera de la religión que fuera) se iba a encargar de que se hiciera Justicia, me dijo: "si alguna vez pones en práctica el Derecho, bien como Jueza, bien como Abogada, nunca pierdas la fe ni la esperanza en la Justicia Divina, pues la misma se personará dentro del Juicio y fuera de él, para todas y cada una de las partes incluyendo a aquellos que dicten sentencia y a los Abogados y Fiscales que actúen en Sala". 

Lo cierto es que años después, tras poner en práctica el Derecho teniendo cada día muy en cuenta su consejo, su criterio me resulta cada vez más una verdad absoluta y universal, la Justicia emana de Dios, como la verdad, el bien y el amor (entre otros muchos). Dentro de un juicio confiamos en los jueces como personas sabias, sensatas y defensoras de la verdad como las personas apropiadas para hacer justicia y, fuera de Sala, confiamos en las personas que nos rodean y con las que nos relacionamos en que estén dotadas de sabiduría para comprender y entender lo qué es justo y ponerlo en práctica actuando y dando a cada uno lo que se merece. Sin embargo, ni dentro del Juicio ni fuera de él, ni muchos jueces ni muchas personas con las que nos relacionamos resultan estar dotadas de esa sabiduría, por ello siempre hemos de confiar en última instancia en la Justicia Divina o Justicia Universal, que es la justicia como piedad (Leibniz) y en las herramientas que la vida nos ofrece (a todos y en especial a los jueces pues son quienes ostentan el poder judicial) para cooperar que así se haga lo bueno, lo correcto y lo justo.

En este sentido, cuando alguien actúa injustamente, no es justo con nosotros y no nos da lo que nos merecemos después de entregarle nuestro tiempo, amor, confianza... en definitiva, después de haber actuado con buena fe procedente de nuestra bondad innata, debemos confiar en Dios y pensar que tarde o temprano se hará justicia, hemos de pedírselo como el Abogado se lo solicita al Juez, pues él es el Juez Supremo. Es curioso el hecho de que quien se cree superior a él es precisamente quien teme que se haga justicia (dentro o fuera de Sala), por ello debemos confiar en su voluntad y dejarnos guiar por las señales que la vida nos presenta, pues por experiencia os digo que al final Dios actuará. 

Si por el contrario, hemos sido nosotros quienes hemos actuado injustamente, siempre estaremos a tiempo de rectificar, de ser perdonados, de transformamos y de actuar conforme a nuestro corazón y a nuestra sabiduría, es posible que con nuestras conductas un día pudiéramos dañar al otro, pero si fue sin querer e inconscientemente, todo al final resultará que será para bien y, si fue con egoísmo, con maldad y por venganza, siempre estaremos a tiempo de rectificar, de pedir perdón desde el amor y arrepentimiento que en última instancia debe proceder de la sinceridad y verdad, al menos, hemos de intentarlo, pues como sabemos, Dios como Juez Supremo todo lo tendrá en cuenta.

A nivel filosófico y, también jurídico, pues gracias a los grandes filósofos que han reflexionado sobre la justicia posteriormente los jueces y personas con cierto poder han podido poner en práctica la misma, comentaros que los filósofos griegos eran grandes defensores de la justicia, pues identifican la justicia con el orden originario del universo y con la medida del mismo, debiendo ser castigado lo que interfiere en ese orden provocando demasía o exceso. Por ello, la justicia se consideraba una ley universal, como la medida exacta y perfecta del cosmos, siendo la justicia la medida por la que se restablece el cosmos cuando se ha alterado injustamente. También, los griegos consideraban que existía justicia cuando en una relación (sea la que fuere) se daba un equilibrio en el intercambio, sin embargo, si la relación es desequilibrada debe haber una compensación justa. El filósofo Platón tomando como referencia a Sócrates frente a los sofistas hizo de la justicia una virtud y un concepto filosófico universal, pues los sofistas consideraban que la justicia era relativa al afirmar que las personas podían acordar lo que es justo y lo que no lo es, sin embargo, Platón estableció un principio universal donde lo justo como virtud nos hace felices y, de contrario, lo injusto nos hace infelices. Así como como decía Sócrates el hombre justo es un hombre feliz y, el injusto no podrá nunca serlo. Posteriormente, Aristóteles diferencia entre justicia distributiva, propia de la repartición de cosas entre las personas implicadas y; justicia conmutativa, la que regula las relaciones - voluntarias e involuntarias - entre las personas. Más tarde, Santo Tomás diferenció entre justicia conmutativa, justicia distributiva y justicia legal o general. Asimismo, Hobbes basa la justicia en el poder absoluto del soberano. Por otro lado, Hume y los utilitarios equiparan la justicia a la equidad pública y a los intereses públicos. Por último, para terminar hemos destacar  a filósofos como J. Rawls y Robert Nozick que reflexionan y debaten de manera profunda sobre este concepto, al respecto sobre estos dos pensadores os dejo el siguiente video por si queréis profundizar:




En definitiva, el concepto de justicia es un concepto que aparece en todas (o casi todas) las corrientes filosóficas, también hacen mención de la justicia tanto la Biblia como inmensos libros religiosos, y a su vez la justicia es la base de toda ley divina o natural, entendiéndose esta última como la norma jurídica que pretende regular justamente el orden social, económico y político de un Estado. Igualmente, es la base de toda sentencia y debería serlo de todo actuar humano, por ello, tal vez sea el concepto más filosófico y jurídico que puede existir, un concepto estrechamente relacionado con otro que también resulta muy relevante como es el de verdad, otro día reflexionaremos sobre este. 


Espero que os haya gustado la reflexión de hoy, sin duda, el concepto de justicia es un concepto que da juego para un gran debate o coloquio filosófico. Con esta publicación he pretendido invitaros a reflexionar compartiendo algunas nociones propias y, otras más generales del pensamiento de la Historia de la Filosofía, pero todo desde el cariño y el respeto, como siempre. Os deseo una vida justa y feliz. 

Comparto con vosotros dos de los mementos más importantes durante mi estancia en la Universidad de Salamanca, a pesar de que ya no soy la misma persona que era (en estos años he cambiado bastante tanto física como espiritualmente), me quedo con todo lo aprendido y con los buenos momentos vividos en esa hermosa ciudad.

 Con todo mi cariño y amor, Leticia.



Graduación de Filosofía (2010) - Universidad de Salamanca

Graduación de Derecho (2014) - Universidad de Salamanca



"Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no".

- Sócrates -

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