La suerte del talento


En la publicación de enero de 2015 de la revista de moda Vogue, podemos leer una entrevista muy interesante al artista Jasper Johns, un gran pintor, escultor y grabador americano del siglo XX – y del actual, puesto que sigue trabajando a pesar de su edad – que ha expuesto sus obras en museos de gran prestigio como el MoMA, cuyas obras han sido subastadas por 40 millones de dólares, entre ellas, una de sus famosas banderas. En la parte de la entrevista en la que habla sobre sus inicios como pintor, ante la pregunta “¿Hubiera sido el mismo su arte sin el hub de creadores al que rápidamente se unió? – responde literalmente: “Siento que tuve la suerte de entablar amistades muy pronto con Bob Rauschenberg, Merce Cunningham y John Cage, artistas un poco mayores que yo y mucho más experimentados a los que admiraba. Les veía a ellos como ejemplos de lo que significa ser un artista. Su trabajo, su comportamiento, sus ideas, sus conversaciones fueron todas muy importantes para mí y funcionaron como estándares a los que yo aspiraba. Es, por supuesto, imposible para mí ahora imaginar cómo sería la forma de mi trabajo o cómo podría haber diferido si hubiese tenido otras influencias”. La confirmación del pintor sobre la gran influencia en su creación como artista de aquellas personas con experiencia con las que se codeó en sus inicios, ayudándole a ser artista y como grandes ejemplos a seguir, fue sin duda, lo que hizo de Jasper Johns, lo que hoy es, a pesar de ser autodidacta, la humildad de reconocer que sin ellos le sería imposible imaginar cómo sería ahora su trabajo, muestra con elegancia que fue más bien cuestión de suerte, y no de talento, lo que le hizo de pasar a ser un joven pintor que en 1952 se buscaba la vida en América, tras haber estudiado en la escuela de arte de Parsons (Nueva York), a un gran artista. 


La biografía de este gran pintor y escultor, cuyas obras de arte son subastadas actualmente por millones de dólares, así como sus inicios y lo importante que fue en su formación la influencia de personas de su profesión con mayor experiencia a los que veía como ejemplos a seguir,  me ha hecho pensar en el concepto “suerte”, y en lo que sería de una persona con talento sin ella. Si ojeamos por encima biografías de grandes pensadores, filósofos, artistas, científicos, juristas, arquitectos, médicos, ingenieros… las vidas de esas personas cuyas obras, textos, experimentos, investigaciones – y demás – estudiamos con admiración en la facultad que decidimos formarnos para la profesión deseamos ejercer durante toda nuestra vida, hay un gran factor que a todos se nos pasa por alto – sin darle importancia alguna – y que realmente sin él no hubieran sido lo que son: es el de la gran importancia que tiene en la formación de una persona la influencia de aquellas personas que forman al joven universitario recién licenciado que tiene, bajo su personalidad e inquietudes, el contra de no tener experiencia, y el pro de ser una promesa por ver en él un gran talento. No todas las personas son capaces de apreciar ese talento, y mucho menos de dar la oportunidad de aprender, por ello, quien encuentra en su formación a una de ellas, es cuando el concepto “suerte” entra a formar gran parte del éxito de su trabajo junto a su talento. 

Todos hemos sido discípulos de alguien, pensemos en Platón discípulo de Sócrates, Aristóteles discípulo de Platón, María Zambrano de Ortega y Gasset,… discípulos de personas que se han aparecido en sus vidas y que le han transmitido el saber de la experiencia y el conocimiento sin esperar nada a cambio, simplemente por ver en su aprendiz talento y constancia. No me refiero a la suerte de ser hijo/a o familiar de alguien con talento, ese tipo de suerte no me dice nada, porque al fin y al cabo la suerte se resume en encontrarse un camino hecho sin ningún tipo de esfuerzo. Me refiero a la suerte que tuvo Jasper Johns, y todas las personas con talento, de encontrar a alguien que creyera en ellas y de abrirle las puertas a un camino que luego con esfuerzo y sacrificio tenían que construir por sí solas, evidentemente es una suerte que sólo tiene aquel que sabe demostrar y transmitir lo que realmente “quiere ser” y que lucha por conseguirlo y lo consigue con constancia y esfuerzo, porque al fin y al cabo eso es el talento. 

Son muchos los que sueñan por ser alguien en la vida pero muy pocos los que luchan por serlo. Lo cierto es que hay un concepto equivocado en la sociedad actual, donde la mayoría se piensa que por haber ido a la universidad y haber estudiado una carrera y un máster se cree saberlo todo sobre esa profesión – tal vez los estudios de postgrado y su gran influencia en la formación han tenido mucho que ver con ello – curiosamente lo que fomenta el talento de una persona es el campo de batalla, es decir, la gran oportunidad de poder aprender en el mundo real de esa profesión, no hay universidad, ni master, ni libro que te de esa oportunidad, sólo aquellas personas con mayor experiencia en esa profesión que crean además de ti, que tú también puedes conseguirlo, y ahí es donde esta la suerte de algunos, que como Jasper Johns, tuvieron la oportunidad de codearse con grandes talentos que de forma saludable le abrieron las puertas de poder ser lo que realmente deseaba ser, personas que además de él, como bien dice en la entrevista cuando habla sobre ellos“habían pensado en mi mismo como alguien que quería ser artista”, también habían pensado en él como artista.

Es sumamente importante que uno sea consciente de lo que quiere realmente ser en su vida, conocerse así mismo y ser capaz en pensarse como aquello que quiere ser, porque es la única forma de poder transmitir tu talento, y tener la suerte de que crean en ti. Nadie dice que sea un camino fácil, de hecho, si leemos las biografías de aquellas personas que admiramos vemos que lo que le hacen más grande es la dificultad de conseguir ser lo que llegaron a ser. Sacrificio, constancia, y el deseo de luchar por conseguirlo, y sobre todo la suerte de encontrar a personas sabías e inteligentes que lo vean y lo valoren, porque sin su ayuda es difícil conseguirlo. 


Muchas gracias por visitarme una semana más, espero que os haya gustado. Es difícil pero no imposible, si crees en ti puedes conseguirlo, sólo tienes que saber aprovechar la oportunidad de mostrar tu talento a aquellos que están dispuestos a verlo, y sino pues a insistir, como bien dice Woody Allen: 

"El 90% del éxito se basa simplemente en insistir".


Un abrazo muy grande, 
Leticia.

Comentarios

  1. Muy cierto. Totalmente de acuerdo.

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  2. Muchas gracias por tu comentario y por visitarme. Me alegro que compartas mi punto de vista. Un abrazo.

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