La historia se repite ¿lo vamos a permitir?
De nuevo la historia se repite, y esta vez le ha tocado a Siria. El día
dos septiembre de 2015 una imagen desoladora dio la vuelta al mundo en todos
los periódicos, canales de televisión, redes sociales… se trataba de la
fotografía de un niño sirio ahogado en la orilla de la playa. Junto a esa
imagen, volvió a resurgir el eterno debate de si es ético o no hacer público
ese tipo de imágenes que pueden llegar a sensibilizar a la humanidad y
afectarle de manera negativa. Por ello, desde mi blog quiero alzar la voz a la sociedad,
y decir que lo inmoral es cuestionarse tal debate.
El hecho de que preocupe más
que una determinada sociedad acomodada, desarrollada, que desconoce el
significado de la guerra y el sufrimiento de la misma, pueda sentir afectada de
manera negativa su sensibilidad por un imagen, en vez de despertar en ella
valores como el solidaridad, empatía, injusticia, intolerancia y sobre todo el verdadero
significado de la vulneración de los Derechos Humanos, eso es exactamente lo inmoral.
Prohibir la publicación de determinadas imágenes que pueden dañar la
sensibilidad del espectador, no es más que un claro ejemplo de mirar a otro
lado y no hacer frente a los problemas humanitarios, es la fácil salida de
intentar ocultar una realidad evidente y real, que no haciéndele frente
solidariamente, lo único que conseguimos es convertirnos en seres
despreciables, egoístas y sin ningún tipo de principios éticos ni morales. Convirtiéndonos a su vez en aquellos de la historia que hoy día criticamos
negativamente, como si no hubiéramos aprendido nada, por ejemplo, del sufrimiento de los millones de judíos
que murieron en los campos de concentración. Afortunadamente, tras el resurgir del citado debate, hemos podido observar gracias al Derecho a la
Información, así como a la Libertad de Expresión, y al hecho de que cada vez más
nuestra educación tiene como pilares los valores morales, que actualmente este tipo de imágenes
despiertan en la mayoría de sociedad sentimientos humanos, siendo muy pocos
aquellos que prefieren mirar hacía otro lado.
La realidad está ahí, y con ella los problemas
sociales, aunque cueste trabajo de entender y admitir, aún existen personas en
el mundo dispuestas hacer daño a niños, mujeres y hombres inocentes, vulnerando así sus derechos como personas. Ahora somos nosotros, quienes tenemos que actuar
como personas razonables, morales e inteligentes, luchando porque la humanidad
no vuelva a cometer los errores que a lo largo de la historia ha cometido. Es
intolerable lo que está sucediendo en Siria, igual que lo fue lo que en su día
sufrieron los judíos, negros, y demás victimas de las innumerables guerras que
el hombre no civilizado generó. Seamos el ejemplo a seguir
para los niños que hoy nos ven actuar, aquellos que un día estudiaran estos
días como historia y las generaciones futuras que aún faltan por nacer.
Demostremos el verdadero significado de los Derechos Humanos, poniendo en
práctica el cumplimiento de los mismos.
En definitiva, el genocidio, los crímenes de guerra y
los crímenes contra la humanidad son delitos que hemos de hacer responsables a
aquellos que los cometen, debemos unirnos y buscar la solución. En relación a lo anterior, comentaros que en fecha 14 de mayo de
2003, entró en vigor la Decisión 2003/335/JAI del Consejo de 8 de mayo
de 2003 sobre investigación y enjuiciamiento de delitos de genocidio,
crímenes contra la humanidad y crímenes de Guerra.
Por último, quiero compartir con vosotros un video que Save the Children lanzó bajo la pregunta ¿Y si la guerra estallase aquí?, como bien dice la niña del video "Sólo porque esto no esté sucediendo aquí no significa que no suceda":
Espero que pronto pongamos fin a esta pesadilla, y que todos juntos luchemos, recordad: "la unión hace la fuerza".
"Si vamos a enseñar la verdadera paz en este mundo, y si vamos a llevar a cabo una verdadera guerra contra la guerra, vamos a tener que empezar con los niños".
- Mahatma Gandhi -
Tened una feliz semana, y mucha suerte en vuestros nuevos propósitos para el nuevo curso.
Un abrazo muy fuerte, Leticia
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